CÉSAR SÁNCHEZ MARTÍNEZ |
Por César
Sánchez Martínez / LIMA
Un líder debe ser inspirador. Es el que predica con
sus hechos y deja ejemplo para que otros sigan su camino. Deja huella en los
seguidores que buscarán emular el modelo.
Cualquier persona que se cree líder no necesariamente
inspira, precisamente porque no es líder. Puede saber mucho, tener experiencia
y poseer un alto cargo en la organización, pero no es líder. La inspiración viene con el liderazgo. Hay personas que
tienen mucha experiencia en determinada especialidad, poseen el más alto cargo
y poseen amplios conocimientos del tema, pero no inspiran, los subordinados obedecen
por otras razones como el miedo, agradecimiento o responsabilidad, pero no por
inspiración. La inspiración es como la poesía, no todos la
poseen. Es un don que se hace notorio con el trabajo en las personas.