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ELAUTOR |
Por Ricardo Ochoa A. / LIMA
- BOGOTÁ
Permítanme el generoso lector emitir esta ilustración
de un tema grave, de diversas vertientes de complejidad en su tratamiento, he
aquí mi primera entrega. Debido a las
limitaciones e inconvenientes del trueque, se sabe que la acuñación de la
moneda metálica se inició hacia el año 580 A.C. por los aqueos en Grecia,
quienes la hacían en plata gruesa, acunadas por una sola cara, sin epígrafe
teniendo dos sellos parecidos, parte hendidos y parte en relieve, muy calculados
para impedir la falsificación que ya hacían aplicando hojas delgadas a una
placa de metal inferior. Los delitos con
el dinero, tanto como la falsificación no son delitos nuevos, han existido
paradójicamente, desde antes que naciera el dinero como se conoce hoy
(Uribe,2006). No obstante,
en 1529, cabe señalar el primer antecedente de vinculación entre crimen y dinero
a saber, el Rey Francisco I de Francia, al pagar 12 millones de escudos como
rescate por sus hijos tomados como rehenes en España, debió esperar 4 meses,
mientras los secuestradores contaban el dinero y comprobaban la autenticidad de
las monedas, de las cuales rechazaron 40,000 por considerar que no cumplían con
los requisitos exigidos. De acuerdo a
ello la costumbre de utilizar prácticas para disfrazar ingresos provenientes de
actividades ilícitas se remonta a la Edad Media, cuando la usura fue declarada
delito.