Un líder debe ser inspirador. Es el que predica con sus hechos y deja ejemplo para que otros sigan su camino. Deja huella en los seguidores que buscarán emular el modelo. Cualquier persona que se cree líder no necesariamente inspira, precisamente porque no es líder. Puede saber mucho, tener experiencia y poseer un alto cargo en la organización, pero no es líder. La inspiración viene con el liderazgo integral. Hay personas que tienen mucha experiencia en determinada especialidad, poseen el más alto cargo y tienen amplios conocimientos del tema, pero no inspiran, los subordinados obedecen por otras razones como el miedo, agradecimiento o responsabilidad, pero no por inspiración.
La
inspiración es como la poesía, no todos la poseen. Es un don que se hace
notorio con el trabajo en las personas.
Conocí
a una persona que se cree líder. Ha escrito algunos libros sobre el tema y es
un académico de renombre. Lo invitan a dar conferencias sobre “liderazgo”.
Probablemente, las personas que no la conocen íntimamente podrán ser
sorprendidos por sus enseñanzas y hasta creer en él. Pero quienes lo conocen
saben que es un ser pobre de espíritu que lo único que tiene es dinero, nada
más.
La
inspiración no nace del conocimiento o experiencia, nace del corazón mismo. No
de la masa cardiovascular, sino del centro del ser humano. ¿Han visto a
personas que sus vidas trascienden, aun cuando ya no están entre nosotros? Esas
personas inspiran. Por eso, la inspiración y la integridad van de la mano.
Se
predica con el ejemplo. Hay un adagio popular que reza así: “Tus hechos hablan
tan fuerte que no me permiten escuchar lo que dicen tus palabras”. La
inspiración no es misticismo y menos religiosidad.
Se
dice que un líder inspirador hace realidad sus sueños, ¿pero qué tipo de
sueños? Por ejemplo, tenemos miles de emprendedores que empezaron desde abajo e
hicieron realidad sus sueños. De ambulantes, ahora son prósperos empresarios.
¿Ellos son líderes? No necesariamente.
Muchos
emprendedores exitosos son simplemente eso, exitosos. Sólo tienen dinero, nada
más. Nunca trascenderán. Pero si el emprendedor exitoso deja una huella en
otras personas que anhelan alcanzar sus horizontes, estilo de vida y calidad de
gente, probablemente estamos frente a un líder.
Pero
si notamos que el egoísmo, envidia, mal carácter, rencor, venganza, chisme y
otras cosas negativas que priman en la vida del supuesto “líder”, lo mejor es
alejarse de esas personas que no edifican, sino destruyen.
Los
líderes inspiradores, no necesariamente son emprendedores o están involucrados
con los negocios, pueden dedicarse a otras actividades o quehaceres. Puede ser
un maestro, policía, sacerdote, ama de casa, cocinera, vendedor de diarios,
taxista, carpintero, pastor, estudiante, agricultor, artesano, etc.
La
inspiración transmite ideas para los demás y caminos por donde deben transitar
los seguidores, quienes al final de todo, serán la continuidad y reflejo de los
líderes. Alguien que no inspira, mejor quédese donde está y no intente creerse
líder porque fracasará y su vida misma lo delatará.
El
liderazgo no es fácil, ni se nace así. Se va construyendo en la vida. Se puede
nacer con ciertas cualidades o habilidades, pero básicamente, el liderazgo se
perfecciona con los años, pero sirviendo a los demás. Estando al servicio de
los otros es donde se descubren talentos, dones, cualidades y habilidades,
virtudes que servirán para formar un carácter y para proyectar la vida mediante
la inspiración hacia los demás.
Nunca
olvidemos que, si somos líderes, una de las características es que tenemos que
ser de inspiración para otros.
INASPIRACIÓN
VS. MOTIVACIÓN
No
confundir inspiración con motivación. Una persona puede motivar a otra, como
ocurre con los “grandes gurús” de la administración moderna y “liderazgo” (entre
comillas) en estos tiempos. Hablan bonito, pero ni ellos mismos creen en su
palabra. Sólo se les escucha y la motivación dura sólo algunos días, después
todo vuelve a ser normal.
La
inspiración es diferente. Si bien es cierto está en el líder, éste transmite su
inspiración hacia los otros. Son otras personas, quienes desean seguir sus
pasos y ejemplo, continuar por sus proyectos, porque están convencidos que eso
funcionará. La motivación fluye de uno hacia los demás. La inspiración es
“reclamada” por los demás y exige un estilo de vida consecuente con las
palabras que son dichas. La inspiración es como el discipulado. Es la
transmisión de una vida a otra.
Existen
buenos resultados de la inspiración. No olvidemos que la inspiración alienta
para que otras personas traten imitarnos, busquen el camino que estamos
construyendo. Cada persona, va construyendo un camino en su vida. Uno mismo no
se da cuenta a veces, pero ese camino es notorio para los demás, quienes
tratarán de caminar por allí, si realmente las vidas han impactado en ellos.
Hemos
afirmado que un líder predica con el ejemplo. De eso se trata la inspiración.
Son las obras que quedan las “hablarán” después y generará un movimiento de
seguimiento en los demás.
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