Practicar un
buen servicio y atención al cliente, ayuda mucho a fortalecer las ventas,
fidelizar al comprador y explorar nuevos y mayores mercados para los diversos
productos y servicios. Una buena
atención al cliente es la clave. Entre las modernas y más eficaces
herramientas que trae consigo el márketing contemporáneo está el servicio y
atención al cliente. El servicio al cliente es una potente
herramienta del márketing moderno. Este tema es de vital importancia para
fidelizar los servicios, incrementar las ventas y llegar a nuevos mercados. Sin
embargo, muchas veces son los puntos más débiles en las organizaciones. Trabajar con personas y conocer la realidad de
ellas, ayuda mucho al estudio. Para ello se necesita conocer lo que quiere el
cliente. Para saber lo que el cliente demanda., debemos realizar constantemente
encuestas para descubrir posibles nuevos productos o servicios que podemos
ofrecer.
Además, no olvidar que hoy más que nunca funciona el márketing
personal. Cuando nos referimos a realizar encuestas estamos hablando de realizar
diversas estrategias para conocer los gustos de los clientes. Con la
globalización, los clientes tienen nuevos gustos y difieren aún de aquellos que
están en los mismos estratos sociales y geográficos.
Es necesario algunas veces ver qué ofrecen los competidores.
Con ello conoceremos si contamos con una ventaja competitiva sólida, y de no
ser así, anticiparnos a los cambios o reinventarnos. Es importante conocer los
grados de satisfacción y en qué está fallando la organización.
Ahora existen nuevas herramientas a usar: Contacto personal;
relación con el cliente; correspondencia física y electrónica; reclamos atendidos;
cumplidos; instalaciones adecuadas; uso de redes sociales; presencia en el
mundo digital, etc. Un buen servicio al cliente puede llegar a ser un elemento
promocional para las ventas, tan poderosas como los descuentos, publicidad o venta
personal. No olvidemos que atraer un nuevo cliente es aproximadamente seis
veces más caro que mantener uno.
En la actualidad los clientes son más sensibles y
buscan un producto o servicio acorde que les satisfaga plenamente, muchas veces
pagando más por ello. El problema ya no es el menor precio, sino un producto o
servicio de calidad, obviamente, siempre al precio justo.
El cliente es una persona común y corriente, pero
con gustos distintos. Viven los mismos problemas, experiencias y vicisitudes
que cualquier persona. Pueden llegar a buscar un producto, motivados o
desmotivas, con conocimiento o sin saber nada del producto o servicio. Las
actitudes y conductas reflejan las circunstancias del cómo vive esa persona.
Nunca olvidemos que las decisiones que se tomen ahora afectarán definitivamente
en el futuro. Una buena decisión ayudará mucho en el logro de los objetivos,
pero una mala decisión, así no sean aceptadas o creídas, menguará el desarrollo
empresarial, en los colabores, en el cliente y, por ende, en la organización.
Cliente digital
Los clientes
actuales no son los mismo de hace veinte años. Ahora existen nuevos hábitos,
costumbres y estilo de vida. El desarrollo tecnológico ha eliminado sistemas,
procesos y ha cambiado personas. Asistimos a un proceso de transformación organizacional
donde la digitalización es la clave.
Ahora en
cuestión de segundos por el WhatsApp, un mensaje llega al instante y en tiempo
real. Hace unos 30 años era imposible visualizar esta realidad. El mundo está cambiando
con rapidez y, por lo tanto, la personas también. Cada vez los cambios serán
más rápidos. Netflix, Airbnb y Uber, sólo por citar tres ejemplos trajo abajo
muchos negocios.
¿Se salvará
el sistema financiero? Ahora se habla de Fintech, criptomonedas y otras
“novedades” como el dinero electrónico, transacciones por medio de la voz, etc.
Hemos pasado de la transformación digital a la transformación organizacional.
Ahora todo en la organización está sujeto a cambio, pero al constante cambio.
La
globalización de la economía fue la primera ruptura del sistema tradicional y,
por cierto, que todo ello trajo como consecuencia los nuevos estilos de los
clientes. Hay cambios y debemos darnos cuenta
de que esos cambios ya llegaron. Se trata ahora de innovar o morir.
Cada vez las
personas realizan sus operaciones financieras en sus casas por internet. La
visita al banco está quedando atrás.
La ruptura
de las barreras fronterizas, el acercamiento de realidades geográficas, el
desarrollo de las tecnologías de la información, los cambios en los modelos
educacionales, el avance empresarial, y la presencia, cada vez más notoria, de
la digitalización, han contribuido, entre otros factores, con la aparición de
nuevos consumidores, nuevas comunidades y nuevos grupos de interés.
En la
actualidad mucha gente hace su trabajo desde su casa. Existen oficinas compartidas
por horas y personal que trabaja en organizaciones especializadas en agendar
reuniones. Ya los hoteles están pasando a un segundo plano.
* Consultora del Instituto FINANPOS. Trabajó durante más de seis años con adolescentes, y en los últimos dos años lo hace con profesionales y jóvenes mayores. Es psicoterapeuta en Consejería y Orientación Familiar.
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